Echando la vista 10 años atrás, es cuando te das cuenta del camino recorrido, de los pasos que has dado, de los éxitos conseguidos y de los fracasos sufridos. De todo se aprende y de todo se enriquece uno si sabe hacerlo. También se gana y otras veces se pierde.

En mi caso, decidí embarcarme en 2006 en la aventura de Optima Solutions, un proyecto empresarial que pretendía ayudar a las empresas a mejorar sus canales de ayuda online con sus clientes a través de las tecnologías de asistencia remota y chat online, en aquel entonces, muy emergentes. Un proyecto empresarial con ganas de hacerlo mejor que los demás, y con una clara premisa de que los resultados fueran consecuencia de un buen trabajo, una buena gestión de las personas y un cuidado servicio al cliente.

Una pretensión que después de una década se ha convertido en una realidad gracias al esfuerzo, compromiso, ilusión, personalidad, iniciativa y confianza de mucha gente que ha formado y forma parte del este gran proyecto y a la cual quiero agradecer, ya que sin ellos, Optima Solutions no sería posible. Gracias a todas ellas. A todas.

Ahora, este proyecto cuenta con más de 400 clientes que confían en nosotros, muchos de ellos, desde los principios (cosa que da para pensar que algo habremos hecho bien). A todos nuestros clientes, gracias por hacerlo posible.

Clientes que confían también en nuestras soluciones, servicios y tecnologías, algunas mantenidas y otras nuevas, pero que han ido evolucionando, y nosotros con ellas, para ofrecer mejores herramientas, con costes asumibles y mayor rentabilidad.

Del 2016 en adelante, no sabemos muy bien lo que ocurrirá. Pero contamos con la experiencia adquirida y los frutos recogidos hasta ahora, profesionales y personales, que seguro nos ayudarán.
Si algo tengo claro es que no hay que pararse aquí. Hay que renovarse. Invertir en nuevos y mejores caminos. Aprender. Rectificar. Mejorar. Cambiar con el rumbo del viento siempre que sea necesario y arriesgar siempre un poquito más de la cuenta, aunque calculadamente.

Y sobre todo, no rendirse. No rendirse con uno mismo. No rendirse con los demás.

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