Vivimos deprisa y además nos hemos hecho impacientes.Hemos perdido en el camino la cultura del “saber esperar”, y hemos convertido la comunicación y las acciones cotidianas en algo obligadamente instantáneo. Unos se ponen nerviosos al esperar en la fila para comprar el pan(donde quedó el disfrutar el olor a pan recién hecho), otros prefieren comprar online para evitarse desplazamientos(se va perdiendo la costumbre de pasear por las ciudades para ir de compras), algunos prefieren ligar en plataformas de citas y elegir a los candidatos por una simple foto(ya solo queda la nostalgia de que tu amigo hiciera de Celestina en un pub a ciegas), otros se enfadan si no reciben contestación inmediata en una conversación de WhatsApp (nos vale con leer grandes disertaciones en vez de sentir la cercanía de la conversación tomando un café) y así podría explicar mil ejemplos que muestran esa necesidad de inmediatez en nuestras vidas.

Y este Modus Vivendi es el que se ha extrapolado al resto de ámbitos. En este nuevo ecosistema de Fast Communication el nacimiento de la mensajería instantánea ha sido la mejor aliada y cómplice.Cientos de Apps de mensajería han surgido en la última década: Telegram, WhatsApp, Line, We Chat, Snapchat, Viber… donde su máxima es compartir imágenes, texto y vídeos aquí y ahora.

Esa inmediatez parece que nos obliga a todos a aceptar unas reglas en la manera de comunicarnos donde no tienen cabida las dilaciones, ni el postergar la interacción para más tarde. Es la premisa que se resume en un dicho popular de toda la vida “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” o más bien “No dejes para luego lo que puedas contestar ahora”.
De la misma forma que requerimos esa inmediatez en nuestras relaciones personales las exigimos en nuestra relación con las marcas (productos y servicios) como consumidores, en nuestra relación con las instituciones como ciudadanos o en nuestra relación como clientes con las empresas.
Cuando interactuamos porque tenemos dudas, incidencias o necesitamos información complementaria, buscamos, por ese ansia de inmediatez, el canal de comunicación más ágil. Ese que nos resuelva al instante nuestra problemática para no sentir que perdemos un solo segundo en nuestro empeño.
Dejando a un lado los canales tradicionales como el teléfono o el email, en la era del “aquí y ahora” la jugada la dominan las redes sociales y las soluciones de chat que permiten interactuar en tiempo real.

La sensación de cercanía así como su similitud con el uso de la mensajería instantánea a la que estamos tan arraigados hace que sean la clave para abordar con éxito una buena estrategia de atención al cliente, consumidor o ciudadano. Porque al final si nos detenemos a pensar, la relación con las marcas o las instituciones no dista mucho de lo que es una relación personal .Una relación cada día más humanizada y emocional; y en esa humanización la mejor herramienta es la comunicación, la misma comunicación que ansiamos en nuestra vida personal: la comunicación accesible e inmediata.

Si tus clientes, consumidores o ciudadanos no son los nostálgicos que esperan la larga fila para comprar el pan, los que prefieren tomar café con sus amigos en vez de “guasapearlos”, los que piensan en una llamada de teléfono como única vía para conectar contigo debes implementar nuevos canales para conectar con ellos.

Si buscas un chat para tu eCommerce, centro de atención al cliente u oficina de atención al ciudadano, puedes encontrarnos accediendo a nuestro chat  y si eres más nostálgico 😉 , también puedes contactar con nosotros de forma gratuita en el 900 373 995 o déjanos tus datos aquí y te contactamos.

Sea como sea te ofreceremos esa inmediatez que buscas.

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